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dilluns, 10 d’octubre del 2011

I per fí en Mallorca!

I a la fí estic treballant les interrupcions a Mallorca! Bo, no a tota Mallorca. A la Posada de Bellver no em deixarem estrenar-me. És una llàstima perquè és un lloc amb  molt d'encís. Hi havia però un tufillo a l'antic règim...Vaig fer-li un petit homenatge a Jovellanos tot just haver baixat del Castell de Bellver. Vaig sentir Martín, un guitarrista de primera i la veu de Nema. Un altre dia será. ... A Sa Botiga de Buffon's, Oscar se quedà penjat desprès de veure els meus vídeos. Massa fort pel que s'hi veu. Ja ho dic des de sempre sóc pollastre de granja.

Ara estic preparant ja una obra 'amb tela' els Sonnetti Lussuriosi de l'Aretino - musicats per Michael Nyman -. Fins ara - 20 dies, certament amb alguns problemes - 20 dies però m'han fet falta per retomar el pols desprès de l'estiu a Madrid.


Sonnetti Lussuriosi, de Pietro Aretino.

(Adaptació per la performance de Xisco Bernal, Binissalem, octubre de 2011)

(Dir els dos primers versos en italià i continuar en català/castellà).




Fottiamci, anima mia, fottiamci presto,
poi che tutti per fotter nati siamo;
e se tu il cazzo adori, io la potta amo:
e saria il mondo un cazzo senza questo.

Mettimi un dito in cul, caro vecchione,
e spingi dentro il cazzo a poco a poco.
Alza ben questa gamba e fà buon gioco,
poi mella senza far reputazione.

Questo cazzo voglio io, non un tesoro.
Quest'e colui che puo far felice,
quest'e un cazzo proprio da imperatrice,
questa gemma val piú ch'un pozzo d'oro.



O 'l metterete voi?, dítel di grazia,
dietro o dinanzi? Io lo vorei sapere.
Perché?, farotti io forse dispiacere
se ne 'l cul me lo caccio per digrazia?
E'saria pur una coglioneria,
essendo in potestà mia fottervi adesso,
avervi il cazzo nella potta messo,
del cul non mi facendo carestia.
- Io 'l voglio in cul, tu mi perdonerai.
- O donna, io no vo' far questo peccato,
Quest'è un cibo da prelato
c'hanno il gusto perduto sempre mai.


La primera actuació va ser a València (link).



dimecres, 5 d’octubre del 2011

Centenari de Jovellanos. Mallorca, 2011.(en construcció)

I aquí a Mallorca alguns no volem deixar passar aquesta data històrica de la lluita per la llibertat de pensament i acció. Jovellanos va ser un eixemple que alguns volem imitar. Amb el risc d'acabar empressonats com ell.

Diumenge propassat me demaná la documentació la policia local de Palma de Mallorca i m'interrompiren una declamació poètica d'un fragment de La vida es sueño, de Calderon de la Barca, perquè suposadament molestava els clients de la marisqueria.

Gràcies, Alta Mar per la teua anotació. La seguim alerta.

Aquí anote la meua performance de La Vida es Sueño (diáleg entre Cotaldo i Clarín, Acte 2n) que estrene en Mallorca en el seu honor:


(Clotaldo amb veu greu i autoritària. Clarín, – més difícil – veu de buffó.)

CLOTALDO: A quien sabe discurrir,         2028
así, es bien que se prevenga
una estancia, donde tenga
harto lugar de argüir.
Éste es el que habéis de asir
y en ese cuarto encerrar.

CLARÍN: ¿Por qué a mí?

CLOTALDO: Porque ha de estar
guardado en prisión tan grave,
Clarín que secretos sabe,
donde no pueda sonar.

CLARÍN: ¿Yo, por dicha, solicito
dar muerte a mi padre? No.
¿Arrojé del balcón yo
al Icaro de poquito?
¿Yo muero ni resucito?
¿Yo sueño o duermo? ¿A qué fin
me encierran?

CLOTALDO: Eres Clarín.

CLARÍN: Pues ya digo que seré
corneta, y que callaré,
que es instrumento ruín.               2047.(1,159).

Bibliografía.-

-1.-De la Barca, Calderón, La vida es sueño, edición de Ciricaxco Morón, Cátedra, T CAL, Biblio Artesana, Palma de Mallorca.
 
En Busca de Goya, comente el retrato de Jovellanos per Goya.






dimarts, 15 de març del 2011

Discurso de Pitágoras, Metamorfosis Libro XV, Ovidio Nasón.

Performance “Metamorfosis, XV,60 (Discurso de Pitágoras)”
de P. Ovidio Nasón.
(Adaptación de Xisco Bernal)


                                          Només volia servir el meu país.
                                          Només volia servir la meua gent.
                                                                (V. Andrès Estellès)


Vivía allí un hombre oriundo de Samos, pero que había huido        Libro XV,60
de Samos y de sus gobernantes, y por odio a la tiranía era
un exiliado por voluntad propia.

Con su mente se acercaba a los dioses, por muy alejados
que estuvieran en los cielos, y lo que la naturaleza le negaba a la vista ,
lo veía con los ojos del alma. Todo lo escudriña
con su mente y desvelado afán, y lo daba a conocer a todos.

Los que siguen sus discursos hacen corro
en silencio y él les explica los orígenes del universo,
el porqué de las cosas, qué es la naturaleza,
qué es la divinidad, de dónde vienen las nieves, cuál es la causa del rayo,
si es Júpiter o el viento quien truena al rasgarse las nubes,
qué hace temblar la tierra, bajo que leyes se mueven los astros,
y todo cuánto está oculto.




Él fue el primero que reprobó que se sirvieran
animales en la mesa. El primero también que
dijo estas palabras tan sensatas como increibles :
«No mancilleis, mortales, vuestros cuerpos con manjares
nefastos. Hay cereales, hay frutas que con su peso
curvan las ramas, hinchadas uvas en las vides;
hay sabrosas hierbas y otras que con el fuego se
hacen deliciosas y tiernas. No falta la leche
ni las mieles que exhalan el aroma de la flor del tomillo.
La tierra suministra generosa, riquezas y alimentos
deliciosos y nos ofrece manjares sin matanzas ni sangre.

¡Qué enorme crimen es engullir visceras en vísceras
y que un cuerpo voraz engorde tragándose otro cuerpo
y que un ser vivo subsista a costa de la muerte de otro ser vivo!
¡Con tantos recursos como la tierra, la mejor de las madres,
produce y a ti solo te gusta morder con salvajes dentelladas
crueles heridas y reproducir las maneras de los Cíclopes!
¡Y que jamás, a menos que destruyas a otro, puedas aplacar
el apetito de tu vientre voraz y mal acostumbrado!

En cambio aquella edad antigua a la que hemos dado el nombre Libro XV,96
de Edad de Oro, era feliz con los frutos de los árboles
y con las hierbas que engendra la tierra, y no manchó sus labios
con sangre. Las aves agitaban seguras sus alas
por los aires, la liebre correteaba sin temor campo a través,
y la candidez no había colgado todavía ningún pez del anzuelo.
Todo estaba libre de acechanzas, sin temor a trampa alguna.
Y lleno de paz.

¿Qué mal hicieron los bueyes, animales sin malicia ni engaño,
inofensivos, ingenuos, nacidos para soportar fatigas?
Ingrato es, en suma, e indigno del don de las mieses,
quien, tras quitar de su cuello el peso del curvo arado
es capaz de inmolar a su labriego.
¿Quien golpeó con el hacha esa cerviz
encallecida por el trabajo, que tantas veces
había renovado el duro labrantío
y producido tantas cosechas?

Y puesto que un dios mueve mis labios,
le obedeceré fielmente,
y abriré mi Delfos y el mismo cielo.
Y os revelaré los oráculos de la augusta sabiduría.
Y cantaré cosas grandes ignoradas por los antiguos
y largo tiempo ocultas.

Guardaos, os lo advierto de deshauciar por medio
de criminal matanza unas almas parientes vuestras.
Que la sangre no se alimente de la sangre.


Nota.-

Y con este discurso llega Ovidio al final de sus Metamorfosis. Numerosos autores coinciden en qué esta conclusión está llena de significado. Es decir, que toda la obra converge hacia el llamado «Discurso de Pitágoras».

“Todo se transforma, nada perece.” (Libro XV,165).
Antes fuimos olivo, después seremos ave o can,
siempre universo para los dioses.
Hombre y mujer mientras tanto.
Nunca seremos polvo.
Porque nunca fuimos polvo.
Como mienten los que intentan apoderarse de las almas.

¡Nunca fuimos polvo!
¡Polvo cósmico sí!
Polvos llenos de vida.
Nada perece.

(Miércoles de ceniza, por Xisco Bernal)

Toda la obra está impregnada de un optimismo vital y un desprecio absoluto hacia la desgracia y la muerte : lo que hoy es desgracia, no puede durar mucho, mañana cambiará, - o cambiarás tú – y hasta te parecerá bueno lo malo.

O tal vez : nunca pienses que has conseguido algo, porque mañana serás, si te descuidas, la sombra de lo que hoy eres. Todo fluye. No hay nada para siempre. Tampoco el amor.

divendres, 11 de març del 2011

Performance sobre “La Eneida (II)” de Virgilio, Libro VII (fragmento)

Performance sobre “La Eneida (II)”. (La llegada de Eneas a Italia) de Virgilio.
(Adaptación de Xisco Bernal)


Hay un venerado laurel de sagrado ramaje               Libro VII,59
en lo más retirado y hondo de la casa,
del que se cuenta que el rey Latino
lo encontró al edificar la ciudad.
Lo consagró a Febo, de donde viene que sus
habitantes recibieran el nombre de laurentes.

(Tono como muy fantástico, exagerando, como asombrado.)
Ocurrió un día ¡oh asombro! que una apiñada muchedumbre
de abejas, cruzando el fluido éter con gran zumbido
fue a posarse en la copa de aquel laurel

(como recordándoles a los oyentes)
- ¡sí ese! El laurel que encontró el rey Latino al fundar la ciudad,
y venerado desde entonces,
dió el nombre de laurentes a sus habitantes -

y, enredadas una con otras por los pies
quedaron suspendidas entre las frondosas ramas,
formando de súbito un gran enjambre.

(Menos fantasía, más normal, como ensoñando.)
Al momento un adivino habló así: «En esa señal veo
la llegada de un varon extranjero y de un ejército que
se dirige a nuestras regiones por la parte de donde vienen
esas abejas. Y que nos dominará desde lo más alto de nuestros alcázares.»

(Histórico, narrativo, sin exagerar.)
También ocurrió otro día, que estando la virgen Lavinia
al lado de su padre quemando en los altares castos inciensos,
se le prendieron los largos cabellos y
ardieron con crepitante llama todas sus galas,
se inflamó su velo real y su rica diadema de pedrería.
Rodeada de humo y roja luz roció de fuego todo el palacio.

Muy preocupado el rey por tales acontecimientos, fue a consultar
los oráculos de Fauno, su infalible padre, que habita las
selvas donde resuenan las caudalosas aguas de
la sagrada fuente Albúnea, y que envuelta entre opacas sombras
exhala sus mefíticos vapores.

Allí acuden en los casos más dudosos las gentes
de toda Italia y la Enotria.

Ya había inmolado conforme al rito cien lanudas ovejas
y yacía recostado sobre sus extendidas pieles,
cuando entre sueños ve revolotear de maneras maravillosas
numerosos espectros y oye voces y disfruta del coloquio de
los dioses. Y hace llegar sus ruegos hasta el Aqueronte en los
profundos Avernos. De pronto de lo más hondo de la selva
sale una voz que dice así: «No pienses , oh hijo mío,
entregar tu hija a un esposo de nuestro linaje latino.
Nunca se harán los anunciados esponsales. Pues
tendrás por yerno a un extranjero, con cuya alianza se levantará
nuestro nombre hasta las estrellas y cuyos descendientes
veran sometidas a sus pies y guiadas por sus leyes
todas las naciones que contempla el Sol
de un lado al otro del mar océano

No se calló el rey la respuesta del oráculo Libro VII,100
y la Fama voladora la difundió por toda Italia
al tiempo que una armada echaba anclas en la hermosa bahía
trasportando a la juventud troyana.

Tiéndese Eneas, los principales caudillos y el hermoso Iulo
bajo las ramas de un árbol cerca de la playa y disponen
la comida. Como la escasez los forzase a morder hasta
las tortas de flor, a violar con manos y dientes
la fatal corteza y a no perdonar ni sus espaciosos cuadros,
«¡Ay hasta las mesas nos comemos!» Exclamó Iulo.

Estas palabras anunciaron a los
troyanos el fin de su aventura. Eneas
atrapándolas de los labios de su hijo exclamó así :
¡Salve oh tierra a mi debida por los hados!
¡Salve también oh vosotros mis fieles dioses de Troya!
¡Esta es por fin nuestra morada!
¡Esta es nuestra patria!

Pues su padre había profetizado : «Cuando arrojados
por el hambre a desconocidas playas, consumidos
ya los escasos manjares, el hambre te fuerze, hijo mío
a devorar también hasta las mesas,
piensa que ha llegado el fin de tus fatigas
y acuérdate, aunque estes agotado,
de construir allí mismo un primer habitáculo
y rodearlo de un muro.»

Y este fue el origen de la grandiosa Roma.

dimecres, 16 de febrer del 2011

Las "Metamorfosis" de Ovidio (1) Libro XV, 1.


Las "Metamorfosis" de Ovidio (adaptación para la performance de Xisco Bernal (6)) Libro XV, 1.

Mientras tanto la pregunta es : ¿quién será capaz de soportar
el peso de tamaña carga y suceder a tan gran rey?(5)

La Fama, profético escudero de la verdad, designa para el mando
al ilustre Numa; no le basta a éste conocer los usos del pueblo
sabino; cosas más grandes concibe en su vasto espíritu
y trata de averiguar cual es la naturaleza de las cosas.

Su pasión por esta tarea le hizo abandonar su patria
de Cures y llegar a la ciudad del anfitrión de Hércules.
Y al preguntar quién había sido el fundador que colocó
murallas griegas en las tierras de Italia, uno de los viejos
del lugar, buen conocedor del pasado, le respondió así:

«Cuentan que el hijo de Júpiter, de vuelta del Océano
y enriquecido con bueyes iberos, llegó tras feliz viaje
a las playas latinas; y mientras el ganado vagaba
por la tierna hierba, entró él en la mansión y techo hospitalario
del gran Crotón; allí encontraron reposo sus grandes fatigas.
Al partir de nuevo dijo. “Con el tiempo aquí habrá una ciudad,
que será la ciudad de tus nietos”; y sus promesas se cumplieron.

En efecto hubo un tal Míscelo, hijo del argólico(6) Alemon,
por aquel entonces el hombre más querido por los dioses.

Estando Míscelo bajo los efectos de un pesado sueño, el portador
de la clava ( el del oráculode Delfos) se inclina sobre él y le habla así:
“Vamos, busca las pedregosas aguas del remoto Ésar. ¡Ea, abandona tu patria!”
Y le amenaza con muchos y penosos castigos si no obedece.
Tras esto se alejan sueño y dios a la vez.

Se levanta el hijo de Alemon y en silencio repasa mentalmente
lo que acaba de ver. Debate largamente consigo mismo qué hacer.
¡Un dios le ordena partir pero se lo prohíben las leyes!
Y la muerte es la pena impuesta a los que intentan mudar de patria.

El sol resplandeciente había ocultado en el Océano su radiante
cabellera y la Noche oscura levantaba la suya de entre las estrellas.
De nuevo se le apareció el mismo dios con idénticas órdenes
y amenzando con más y peores catigos si no obedecía.

Asustado se disponía a trasladar consigo a su nuevo hogar
los penates paternos pero corre el rumor por la ciudad
y es detenido y se le procesa por desacato a las leyes.

Concluida la primera parte del juicio y manifiesta su culpa
probada sin necesidad de  testigos, el reo, desaliñado y alzando
a los dioses sus brazos y su mirada dice: “Tú, a quien tus doce trabajos
dieron derecho al cielo, socórreme, Hércules, te lo suplico;
pues tu fuiste el inductor de mi delito.”

«Era costumbre muy antigua usar piedrecitas blancas y negras.(4)
Negras para condenar y blancas para absolver a los reos de su carga.
Una sentencia funesta se dictó pues todos los guijarros
depositados en la urna fueron negros.
Sin embargo, cuando fueron volcadas las piedrecitas
para su recuento todas mudaron del color negro al blanco.

Gracias al poder de Hércules(3) se absolvió al hijo de Alemón
quien con viento favorable surca el mar Jónico y deja atrás
la lacedemonia Tarento, Sibaris, la salentina Nereto,
el golfo de Turia, Nemesia y los campos de Iápige,
y apenas recorrida la tierra que mira a la costa,
encuentra el estuario del río Ésar(2), su destino, y no lejos
de allí el túmulo bajo el cual la tierra cubría los agrados huesos de Crotón. (1)

En aquel paraje fundó, como se le ordenara, sus murallas
y puso a la ciudad el nombre del allí enterrado.»

Tales fueron, según consta por segura tradición, los orígenes
de este paraje y esta ciudad, Crotona, situada en territorio de Italia.




Notas:
(1) “Ovidio utliliza el viaje de Numa a Crotona y el aiton de la fundación de la ciudad para relatarnos una metamorfosis.” (2,751).
(2) Río al sur de Crotona.
(3) Aquí Hércules ya es un dios e incluso subsituye al oráculo de Delfos.(2,752)
(4) “Está claro que Ovidio piensa en el sistema de votación de los procesos atenienses. (2,754).
(5) Se refiere a la sucesión de Rómulo, fundador y primer rey de Roma.
(6) Desafiando al mismo Ovidio quien dijo que sus narraciones no eran para ser contadas - para el teatro -  sino para ser leídas.
Bibliografía.-
-1.- Ovidio, Metamorfosis, traducció d'Antonio Ramírez de Verger i Fernando Navarro Antolín, Alianza Editorial, 1995, Madrid. (821 OVI met, biblio de Burjassot).
-2.- Ovidio, Metamorfosis, Edició de Consuelo Álvarez y Rosa Mª Iglesias, Cátedra, 1999, Madrid. (821 OVI met, biblio de Burjassot).

dimarts, 13 d’abril del 2010

Estat d'emergència.


12/04/10
Dilluns M'he equivocat el reventador no hi era tal. s'hi tracta de molt més!! M'ha eixit un Senyor Feudal!! Ara ja puc dir noms : A La Tabernaia que va ser l'iniciadora s'han afegit, Slaugther i Café Pessoa. Amb diferents graus de restriccions, clar. Café Pessoa prohibició absoluta. Slaugther 'aconsella' cada quinze dies. Wow!! Per fi s'hi va aclarant la situació!! Vindran més restriccions a a llibertat d'expressió? Jo espere que sí. Aquest Senyor Feudal sembla prou poderòs.

A casa meua acabe de patir també l'agressió d'una colla de gamberrets quand anava a omplir les garrafes d'aigua a la font. Peus en polvorosa. Per lo vist el Senyor Feudal te els tentàculs ben estesos. Prudència.

En l'últim bar que he entrat una parella molt escandalosa parlava de Santa Pola de manera s'hi enterara tothom... Serà casualitat?

Un robatori me va deixar sense la targeta del metro. Un avís?
Estat d'emergència - amb el conseqüent bloGQueig informatiu, clar- .
Més endavant contarem mes coses, dels cants a la llibertat. A la República. Amb Miguel Hernández. No sé pas perquè tinc la intuició de que a alguns no els agraden òbviament aquests cants a la llibertat i a 'd'altres', no tan òbviament, tampoc. S'haura de tindre algun carnet per cantar a la llibertat? S'ho preguntare dema a Vicent Torrent o a Manolo Miralles en el Centre Octubre de Cultura Contemporania.,
Confie que tot anirà be... 'les rates', - d'un i altre bàndol -, no treballen a gust amb la llum de dia. - Cambio y cierro.

divendres, 26 de març del 2010

Bodas de Sangre (fragmento) de Federico García Lorca




Bodas de sangre de F. García Lorca.

(Lorca no leia como un actor, ni con esa complacencia que tienen a vesces los poetas con el ritmo de las palabras. Se adheria a la realidad de sus criaturas y su intensa maestría hacía temblar, era al modo del cante jondo que hiela la sangre. (2,268,272-273)


Performance BodasDSangre 01 (1,150)

El (texto) entre paréntesis se ha de decir pero no figura en el original. El [texto] entre corchetes figura en el original pero no se ha de decir. Dirigirse a hombres o mujeres, según hable la novia o Leonardo. Y ya se sabe : “al modo del cante jondo, que hiela la sangre” (1,33); de Tomás Pavón y la Cantata 140/2n concert de Brandenburgo (1,67) de Bach juntos, si pudiera ser).


Acto Tercero.
. . . . . . . .

(Deprisa, gritando y agitado)
NOVIA.— Con los dientes,
con las manos, como puedas.
quita de mi cuello honrado
el metal de esta cadena,
(dejándome) [y déjame] arrinconada
(allá) en mi casa de tierra.
Y si no quieres matarme
como a víbora pequeña,
pon en mis manos de novia
el cañón de la escopeta.
¡Ay, qué lamento, qué fuego
me sube por la cabeza!
¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!

LEONARDO.— Ya dimos el paso; ¡calla!
(porque) [que] nos persiguen cerca
y te he de llevar conmigo.

NOVIA.— ¡(Pero ha) [habrá] de ser a la fuerza!

LEONARDO.— ¿A la fuerza? ¿Quién bajó
primero las escaleras?

NOVIA.— Yo las bajé.

LEONARDO.— ¿Quién le puso
al caballo bridas nuevas?

NOVIA.— Yo misma. Verdad.

LEONARDO.— ¿Y qué manos
me calzaron las espuelas?

NOVIA.— Estas manos que son tuyas,
pero que al verte quisieran
quebrar las ramas azules
y el murmullo de tus venas.
¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Aparta!
Que si matarte pudiera,
te pondría una mortaja
con (los) filos de violetas.
¡Ay, qué lamento, qué fuego
me sube por la cabeza!

LEONARDO.— [Y a mí]¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!
Porque yo quise olvidar
y puse un muro de piedra
entre tu casa y la mía.
Es verdad. ¿No lo recuerdas?
Y cuando te vi (de)[a lo] lejos
me eché en los ojos arena.
Pero montaba a caballo
y el caballo iba a tu puerta.
Con alfileres de plata
mi sangre se puso negra,
y el sueño me fue llenando
las carnes de mala hierba.
Que yo no tengo la culpa,
que la culpa es de la tierra
y de ese olor que te sale
de los pechos y las trenzas.

NOVIA.— ¡Ay que sinrazón! No quiero
contigo cama ni cena,
y no hay minuto del día
que estar contigo no quiera,
porque me arrastras y voy,
y me dices que me vuelva
y te sigo por el aire
como una brizna de hierba.
He dejado a un hombre duro
y a toda su descendencia
en la mitad de la boda
y con la corona puesta.
Para ti será el castigo
y no quiero que lo sea.
¡Déjame sola! ¡Huye tú!
No hay nadie que te defienda.

LEONARDO.— [Los] Pájaros de la mañana
por los árboles se quiebran.
La noche se está muriendo
en el filo de la piedra.
Vamos al rincón oscuro,
donde yo siempre te quiera,
que no me importa la gente,
ni el veneno que nos echa.


(La abraza fuertemente.)


NOVIA.— Y yo dormiré a tus pies
para guardar lo que sueñas.
Desnuda, mirando al campo,
como si fuera una perra,


(Más dramática.)


¡porque eso soy! Que te miro
y tu hermosura me quema.

LEONARDO.— Se abrasa lumbre con lumbre.
La misma llama pequeña
mata dos espigas juntas.
Clavos de luna nos funden
mi cintura y tus caderas.
(Muy fuerte)
¡Vamos!


(La arrastra.)


NOVIA.— ¿Adónde me llevas?

LEONARDO.— A donde no puedan ir
estos hombres que nos cercan.
¡Donde yo pueda mirarte!
[Donde yo solo te vea]

NOVIA (Sarcástica.).—
Llévame de feria en feria,
dolor de mujer honrada,
a que las gentes me vean
con las sábanas de boda
al aire como banderas.

LEONARDO.— También yo quiero dejarte
si pienso como se piensa.
Pero voy donde tú vas.
Tú también. Da un paso. Prueba.
Clavos de luna nos funden
mi cintura y tus caderas.

(Toda esta escena es violenta, llena de gran sensualidad.)

NOVIA.— ¿Oyes?

LEONARDO.— Viene gente.

NOVIA.— ¡Huye!
Es justo que yo aquí muera
con los pies dentro del agua,
y espinas en la cabeza.
Y que me lloren las hojas,
mujer perdida y doncella.

LEONARDO.— Cállate. Ya suben.

NOVIA.— ¡Vete!

LEONARDO.— Silencio. Que no nos sientan.
Tú delante. ¡Vamos, digo!


(Vacila la NOVIA.)


NOVIA.— ¡Los dos juntos!

LEONARDO (Abrazándola.).—
¡Como quieras!
Si nos separan, será
porque esté [ya] muerto.

NOVIA.— Y yo muerta.

....
(Diálogo de los leñadores)

¡Ay muerte que sales!
Muerte de las hojas grandes.
¿No abras el chorro de la sangre!

¡Ay muerte sola!
Muerte de las secas hojas.
¡No cubras de flores la boda!

¡Ay triste muerte!
Deja para el amor la rama verde.
¡Ay muerte mala!
¡Deja para el amor la verde rama!

....


(Salen abrazados. Aparece la LUNA muy despacio. La escena adquiere una fuerte luz azul. Se oyen los dos violines. Bruscamente se oyen dos largos gritos desgarrados y se corta la música de los violines. Al segundo grito aparece la MENDIGA y queda de espaldas. Abre el manto y queda en el centro, como un gran pájaro de alas inmensas. La LUNA se detiene. El telón baja en medio de un silencio absoluto.)
.................
MENDIGA. - (“que según la acotación «no figura en el reparto»”(1,75)— Flores rotas (son) los ojos, y sus(los) dientes dos puñados de nieve endurecida. Los dos cayeron[, y ](.)la novia vuelve teñida en sangre falda y cabellera. Cubiertos con dos mantas ellos vienen sobre los hombros de los mozos altos. Así fue; nada más. Era lo justo. Sobre la flor del oro, sucia arena.
.....................
Bibliografia.-
-1.- García Lorca, F., Bodas de sangre, edició de Josephs, A. i Caballer, J., Cátedra, 988, Madrid.
-2.-Auclair, Marcelle, 1972, Vida y muerte de Garcia Lorca, Biblioteca Era, Mexico D.F.

divendres, 12 de març del 2010

No hi havia a València.



No hi havia a València.

(Adaptació de Xisco Bernal per la performance de “Els amants”, “No escric Èglogues” i “Cultura” d'En Vicent Andrés Estellés).



No hi havia a València dos amants com nosaltres
feroçment s'estimem des del matí a la nit.

No hi havia a València dos cames com les teues.
Dolçament les recorde amb els ulls plens de llàgrimes,
amb una terranyina de llàgrimes als ulls.

On ets? On són les teues adorables cames?
Recórrec l'Albereda, aquells llocs familiars.
Creue les nits. Evoque les baranes del riu.

Tot ho recorde mentre vas estenent la roba.
Han passat anys, [han passat] molts anys; han passat moltes coses.
(De sobte) [De vegades] encara ens pren aquell vent o l'amor
i rodolem per terra entre (abraços i besos)[besos i abraços].
No comprenem l'amor com un costum amable,
com un costum pacific de compliments i teles
(i que em perdone el cast senyor López-Picó).
Es desperta de sobte, com un vell huraca
i ens tomba per terra els dos, ens ajunta, ens empeny.

No hi havia a València dos cames com les teues.
Llargament escriuria sobre les teues cames.
Com si anasses per l'aigua, entre un aigua invisible,
entre un aigua claríssima venies pel carrer.
Carrer avall venies entre els solars, els crits,
[del] (els) infants que jugaven en eixir de l'escola,
la dona [que] arreplegava la roba del terrat,
l'home [que] recomponia lentament un rellotge
mentre un [l']amic parlava dels seus anys de presó
per coses de la guerra, tu venies solemne.

Jo desitjava a voltes un amor educat
en marxa el tocadiscos, negligentment besant-te,
ara un muscle i després el peçó d'una orella.
El nostre amor és un amor brusc i salvatge,
(i tenim) [que te] l'enyorança amarga de la terra,
d'anar a rebolcons entre besos i arraps.

On ets? On són les teues adorables cames?
No havia a València dos cames com les teues,
amb (la) [eixa] viva alegria (de la) [d'una] virginitat
que sempre venia, pero mai arribava del tot.
Jo et volia així, jo ho volia així :
jo nasquí per (aguardar-te) [esperar-te], per veure com venies.
Fi versió short.

Carregaven els hòmens els ventruts camions.
Venien els autobusos de Gandia, de Paterna.
Eixien veus dels bars, l'olor d'oli fregit.
Tu venies solemne sobe les teus cames.
(Oh)[Amb tota] la solemnitat de la( teua) carn (tendra),
del teu cos adorable sobre les [teues] llargues cames!

Inútilment recórrec els crepuscles, les nits,

- t'agradava asisitir a l'espectacle gratuït del crepuscle,
L'Eneida traduida en versos de deu sil·labes,
uns versos cereals, pel canonge Riber,
afamats de domassos, de tàctils vermellors;
t'agradava tocar les asproses baranes [del riu] (Cultura,60) -

[Inútilment recórrec Valeǹcia]
Un cadáver verdòs, un cadáver fosfòric
va tocant les anelles, (va) preguntant per tu.

Es desperta [l']Ausiàs March en el vas del carner.
Jo no sé res de tu. Han passat segles, [han passat ] dies.
Inútilment recórrec València. No escric Églogues.

divendres, 5 de març del 2010

Poemas al vino: "La Bodega Interior"


La Bodega Interior (Poemas al vino).
(Adaptaciones para la peformance de Xisco Bernal)

La Bodega Interior (Poemas al vino).
(Adaptaciones para la peformance de Xisco Bernal de los poemas : El vi, de V.Andrés Estellès, Oda al Vino de Pablo Neruda, Poema al vino, de J.L.Borges, Tus cartas son un vino, Hijo de la luz y de la sombra y El herido, de M. Hernández, Malestar y noche, de F. García Lorca, El vino, Xisco Bernal)
Sras y Sres, es bien sabido que las cosas no tiene existencia propia. Y que sólo cuentan para nosotros en función de la importancia que les damos. El paladar, el gusto es un hàbil traductor, nada más. Los sabores, los placeres de la mesa – y de la cama -, nacen dentro. Los poetas van a darles a Vdes., gracias a “nombre del restaurante” la oportunidad de degustar más sutilmente, si cabe, sus vinos, de disfrutar más placenteramente la suave y leve embiaguez, de descubrir nuevos matices, en resumen, de mejorar su bodega interior porque no se olviden que los sabores, los placeres nacen dentro y
en los sentidos desembocan los laberintos de nuestra mente.

No podia faltar el vi damunt la taula.
Una solemnitat, un rito que venia
des de la nit: el vi encenia la taula,
encenia la casa, encenia la vida.
Una vella litúrgia el posava a la taula.
Una vella litúrgia nocturna, inescrutable,
encenia la sang, palpitava en els ulls.
Una solemnitat, un ritus que venia
des de la nit, ldes de la nit febril de la caverna.
S'oficiava el vi, lentament, greument.
Parle del vi dels pobres. El vi que ens fa forts.
Un tros de ceba cru, un rosegó de pa.
I un got de vi solemne. Parle del vi dels pobres,
begut solemnement, aliment de la còlera.
El vi de l'esperança, el vi del sacrifici
de l'esperança rompuda, de plantar cara a la vida.
(El vi, V.Andrés Estellès).

VINO color de día,
vino color de noche,
vino con pies de púrpura
o sangre de topacio,
estrellado hijo de la tierra,
vino, liso
como una espada de oro,
suave
como un desordenado terciopelo,
vino encaracolado
y suspendido,
amoroso,
marino.

Amor mio, de pronto
tus caderas son
la curva colmada
de la copa,
tus pechos los racimos,
la luz del alcohol tu cabellera,
las uvas tus pezones,
y tu amor
la claridad que cae entre mis sentidos,
como el esplendor terrestre de la vida.
(Oda al Vino Pablo Neruda).

¿En qué cielo, en qué siglo, bajo qué silenciosa
conjunción de astros, en qué secreto día
surgió la valerosa y singular idea de inventar
esa alegría?

Otoños de oro la vendimiaron. Como el vino fluye toda roja a lo largo de las generaciones
como el río del tiempo y en su camino
nos obsequia con su música, su fuego y sus leones
(Soneto del vino, J.L.Borges).


Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento para mi corazón.
(Tus cartas son un vino, M. Hernández).

El aire de la noche desordena tus pechos,
y desordena y vuelca nuestros cuerpos
Como una tempestad de enloquecidos.

La noche se ha encendido como una sorda hoguera
de llamas minerales y oscuras embestidas.
Y alrededor laten las sombras como si fueran
las almas de los pozos, de los vinos.
(Hijo de la luz y de la sombra, M. Hernández)

La sangre también huele a mar, sabe a mar,
sabe a bodega. A bodega de mar,
a bodega de vino bravo.
(El herido, M.Hernández)


Abejaruco.
En tus árboles oscuros.
Noche de cielo balbuciente
y aire tartamudo.

Tres borrachos eternizan
sus gestos de vino y duelo.
Los astros de plomo giran
sobre un pie.
Abejaruco.
En tus árboles oscuros.

Dolor de sien oprimida
con guirnalda de minutos.
¿Y tu silencio? Los tres
borrachos cantan desnudos.
Pespunte de seda virgen
es tu canción.
Abejaruco.
Uco uco uco uco.
Abejaruco.
(Malestar y noche, F. García Lorca).

Yo confundo el vino con el sudor,
y la vendimia con la comida casera,
con lo que ha sido esperado.
Lo confundo también con el otoño,
anuncio de la edad dorada,
de arrugas que sugieren sutilezas,
de sexo gran reserva.

-- -- - -


Confundo las parras,
con las pasiones del verano,
a ras de tierra abrasada.
Noches, tardes, mañanas,
que se transforman en ocres, azules,
verdes dulces.

Confundo los cuerpos con los racimos,
los pámpanos con la vida que enrosca
sus lenguas de pies y manos.

Fermentación anaeróbica en la oscuridad,
en la soledad del alma, y de los pedos,
oscura bodega, bien templada del alma,
donde todo junta y fermenta, y crea
el perfume del fin de los viñedos.

Yo no sé como decirles
que el vino lo llevamos dentro.
Y que algun dia se descubrirá
que el color, el retrogusto, el gusto,
procede de en una bodega interior,
íntima, que todos llevamos dentro.

A los poetas no nos va
el vino viejo. Lo preferimos joven
para envejecerlo dentro.
(La Bodega Interior, Xisco Bernal).

A veces el vino, prisionero de sombras,
amanece con la navaja,
destituido ya del sol de su nobleza,
a consumir pobres inermes de los barrios.
Corrompe la alegría en los ruines boliches
donde violan su estirpe las tinturas y el agua
para estragar al hombre del jornal y enturbiarle
la raída inocencia que padece su canto.

Sale del vino un puño. Sale un grito. Le nace
la mala luz, la artera puñalada.
Y amanece en la celda donde orina el desprecio
y llora roncamente su lágrima de espanto.
El vino mata al vino en la casa del pobre:
entra el domingo y saca a las mujeres llorando.

(Carta de vinos, de Armando Tejada Gómez)

dimecres, 3 de març del 2010

Llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca (adaptación para la performance de Xisco Bernal)


Sras i Sres, esta noche les ofrezo una adaptació muy resumida del inmenso poema de García Lorca, “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”.

Llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca
(adaptación para la performance de Xisco Bernal)


LA COGIDA Y LA MUERTE.
(un coro en vivo o grabado repite lentamente “a las cinco de la tarde” hasta “el gentío rompía las ventanas”.)


A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.

Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.

Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.

Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.

El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.

Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.

Ya [luchan](lucha) la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.

Y [un](el) muslo con [un](el) asta desolada
a las cinco de la tarde.

[Comenzaron](ya comienzan) los sones del bordón
a las cinco de la tarde.

Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.

En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.

¡Y el toro, solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.

Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde,

cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,

la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.

A las cinco de la tarde.
A las cinco en punto de la tarde.

Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.

Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.

El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.

El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.

A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.

Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.

Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,

y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.

A las cinco de la tarde.
¡Ay qué terribles cinco de la tarde!

¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!


LA SANGRE DERRAMADA.

¡Que no quiero verla!
Dile a la luna que venga,
que no quiero ver la sangre
de Ignacio sobre la arena.
¡Que no quiero verla!
La luna de par en par,
caballo de nubes quietas,
y la plaza gris del sueño
con sauces en las barreras
¡Que no quiero verla!

Que mi recuerdo se quema.
¡Avisad a los jazmines
con su blancura pequeña!
¡Que no quiero verla!
La vaca del viejo mundo
pasaba su triste lengua
sobre un hocico de sangres
derramadas en la arena,
y los toros de Guisando,
casi muerte y casi piedra,
mugieron como dos siglos
hartos de pisar la tierra.
No.

¡Que no quiero verla!
Por las gradas sube Ignacio
con toda su muerte a cuestas.
Buscaba el amanecer,
y el amanecer no era.
Busca su perfil seguro,
y el sueño lo desorienta.

Buscaba su hermoso cuerpo
y encontró su sangre abierta.
¡No me digáis que la vea!
No quiero sentir el chorro
cada vez con menos fuerza;
ese chorro que ilumina
los tendidos y se vuelca
sobre la pana y el cuero
de muchedumbre sedienta.

¡Quién me grita que me asome!
¡No me digáis que la vea!
No se cerraron sus ojos
cuando vio los cuernos cerca,
pero las madres terribles
levantaron la cabeza.
Y a través de las ganaderías,
hubo un aire de voces secretas
que gritaban a toros celestes,
mayorales de pálida niebla.

No hubo príncipe en Sevilla
que comparársele pueda,
ni espada como su espada,
ni corazón tan de veras.

Como un río de leones
su maravillosa fuerza,
y como un torso de mármol
su dibujada prudencia.

Aire de Roma andaluza
le doraba la cabeza
donde su risa era un nardo
de sal y de inteligencia.

¡Qué gran torero en la plaza!
¡Qué gran serrano en la sierra!
¡Qué blando con las espigas!
¡Qué duro con las espuelas!
¡Qué tierno con el rocío!
¡Qué deslumbrante en la feria!
¡Qué tremendo con las últimas
banderillas de tiniebla!

Pero ya duerme sin fin.
Ya los musgos y la hierba
abren con dedos seguros
la flor de su calavera.

Y su sangre ya viene cantando:
cantando por marismas y praderas,
resbalando por cuernos ateridos
vacilando sin alma por la niebla,
tropezando con miles de pezuñas
como una larga, oscura, triste lengua,
para formar un charco de agonía
junto al Guadalquivir de las estrellas.

¡Oh blanco muro de España!
¡Oh negro toro de pena!
¡Oh sangre dura de Ignacio!
¡Oh ruiseñor de sus venas!
No.

¡Que no quiero verla!
Que no hay cáliz que la contenga,
que no hay golondrinas que se la beban,
no hay escarcha de luz que la enfríe,
no hay canto ni diluvio de azucenas,
no hay cristal que la cubra de plata.
No.
¡Yo no quiero verla!


ALMA AUSENTE.

No te conoce el toro ni la higuera,
ni caballos ni hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre.

No te conoce el lomo de la piedra,
ni el raso negro donde te destrozas.

No te conoce tu recuerdo mudo
porque te has muerto para siempre.
El otoño [vendrá con](traerá sus) caracolas,
[uva](uvas) de niebla y monjes agrupados,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque te has muerto para siempre.

Porque te has muerto para siempre,
como todos los muertos de la Tierra,
como todos los muertos que se olvidan
en un montón de perros apagados.
No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.

Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.
La madurez insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia de muerte y el gusto de tu boca.
La tristeza que tuvo tu valiente alegría.

Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.


CUERPO PRESENTE.

La piedra es una frente donde los sueños gimen
sin tener agua curva ni cipreses helados.
La piedra es una espalda para llevar al tiempo
con árboles de lágrimas y cintas y planetas.

Yo he visto lluvias grises correr hacia las olas
levantando sus tiernos brazos acribillados,
para no ser cazadas por la piedra tendida
que desata sus miembros sin empapar la sangre.

Porque la piedra coge simientes y nublados,
esqueletos de alondras y lobos de penumbra;
pero no da sonidos, ni cristales, ni fuego,
sino plazas y plazas y otras plazas sin muros.

Ya está sobre la piedra Ignacio el bien nacido.
Ya se acabó; ¿qué pasa? Contemplad su figura:
la muerte le ha cubierto de pálidos azufres
y le ha puesto cabeza de oscuro minotauro.

Ya se acabó. La lluvia penetra por su boca.
El aire como loco deja su pecho hundido,
y el Amor, empapado con lágrimas de nieve
se calienta en la cumbre de las ganaderías.

¿Qué dicen? Un silencio con hedores reposa.
Estamos con un cuerpo presente que se esfuma,
con una forma clara que tuvo ruiseñores
y la vemos llenarse de agujeros sin fondo.

¿Quién arruga el sudario? ¡No es verdad lo que dice!
Aquí no canta nadie, ni llora en el rincón,
ni pica las espuelas, ni espanta la serpiente:
aquí no quiero más que los ojos redondos
para ver ese cuerpo sin posible descanso.

Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura.
Los que doman caballos y dominan los ríos;
los hombres que les suena el esqueleto y cantan
con una boca llena de sol y pedernales.

Aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra.
Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.
Yo quiero que me enseñen dónde está la salida
para este capitán atado por la muerte.

Yo quiero que me enseñen un llanto como un río
que tenga dulces nieblas y profundas orillas,
para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda
sin escuchar el doble resuello de los toros.

Que se pierda en la plaza redonda de la luna
que finge cuando niña doliente res inmóvil;
que se pierda en la noche sin canto de los peces
y en la maleza blanca del humo congelado.

No quiero que le tapen la cara con pañuelos
para que se acostumbre con la muerte que lleva.
Vete, Ignacio: No sientas el caliente bramido.
Duerme, vuela, reposa: ¡También se muere el mar! "

dijous, 11 de febrer del 2010

Performance Miguel Hernández (4)




Juramento de la alegría, Miguel Hernández.
(Adaptación de Xisco Bernal)

Sobre la roja España blanca y roja,
blanca y fosforesente,
una historia de polvo se deshoja,
irrumpe un sol unánime, batiente.

Es un pleno de abriles,
una primaveral caballería,
que inunda de galopes los perfiles
de España: es el ejército del sol, de la alegría.

Desaparece la tristeza, el dia
devorador, el tallo marchito,
cuando, avasalladora llamarada
galopa la alegría en un caballo
igual que una bandera desbocada.

A su paso se paran lo relojes,
las abejas, los niños se alborotan,
los vientres son más fértiles, más profusas las trojes,
saltan las piedras, los lagartos trotan.

....

Alegraos por fin los carcomidos,
los desplomados bajo la tristeza,
salid de los vivientes ataúdes,
sacad de entre las piernas la cabeza
caed en la alegría como grandes taludes.

Alegres animales,
la cabra, el gamo, el potro, las yeguadas,
se desposan delante de los hombres contentos.
Y paren las mujeres lanzando carcajadas,
desplegando en su carne firmamentos.

....

Se despedaza el agua en los zarzales
las lágrimas no arrasan
no duelen las espinas ni las flechas,
y se grita ¡Salud! a todos los que pasan
con la boca anegada de cosechas.

Tiene el mundo otra cara. Se acerca lo remoto
con una muchedumbre de bocas y de brazos.

.......

diumenge, 7 de febrer del 2010

"Ciudad sin sueño" de Federico García Lorca




CIUDAD SIN SUEÑO (NOCTURNO DEL BROOKLYN BRIDGE)

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.

No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido, ni sueño:
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.

Un día
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.

Otro día
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
donde espera la mano momificada del niño
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!

Haya un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo la luna
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.

dimecres, 27 de gener del 2010

Performance con Miguel Hernández(2)



Llamo a los poetas de Miguel Hernández.

(Adaptació per la performance de Xisco Bernal : entre parèntesi figura el que jo he afegit; entre corxetes el que he llevat del texte original).En negreta el texte que declame.


(Sras y Sres, esta noche más que nunca compañeros y compañeras, porque)

Entre todos vosotros, con Vicente Aleixandre
y con Pablo Neruda tomo silla en la tierra:
tal vez porque he sentido (un)[su] corazón cercano
cerca de mí, casi rozando el mío.

Con (vosotros me siento)[ellos me he sentido] más arraigado y hondo,
y además menos solo. Ya vosotros sabéis
los solo que yo voy, [por qué voy yo tan solo.
Andando voy, tan solos yo y mi sombra].

Alberti, Altolaguirre, Cernuda, Prados, Garfias,
Machado, Juan Ramón, León Felipe, Aparicio,
(Alfredo Aparicio, del que Hemingway dijo :”O es un genio o el mayor imbécil del siglo”, sólo escribió un poema en su vida de pocas líneas :

En Don Benito
hay dos rotondas,
una circular y otra redonda.

En don Benito
hay un bar de carretera
allí bebe una mujer
que la muerte espera.


y por supuesto, nada editado. Iba por las mesas de los grandes con un papel arrugado en el que anotaba y rectificaba su poema. Dicen que nunca se sentaba. Miguel lo coloca entre los grandes.)
Aparicio,
Oliver, Plaja, hablemos de aquello que deseamos [a .. ... que aspiramos]:
por lo que enloquecemos lentamente.
Hablemos del trabajo, del amor sobre todo,
donde la telaraña y el alacrán nos habitan.

Hoy quiero abandonarme tratando con vosotros
de la buena semilla de la tierra.
Dejemos el museo, la biblioteca, el aula
sin emoción, sin tierra, glacial, para otro tiempo.
[Yo sé que] en esos sitios (tiritaran)[tiritará] mañana
(nuestros corazones helados)[mi corazón helado] (entre los) [en varios] tomos.

Quitémonos el pavo real y suficiente,
la palabra con toga, la pantera de acechos.
Vamos a hablar del día, de la emoción del día.
Abandonemos la solemnidad.

Así: sin esa barba postiza, ni esa cita
que la insolencia pone bajo nuestra nariz,
hablaremos unidos, comprendidos, sentados,
de las cosas del mundo frente al hombre.

Así descenderemos de nuestro pedestal,
de nuestra pobre estatua. Y a cantar entraremos
a una bodega, a un pecho, o al fondo de la tierra,
sin el brillo del lente polvoriento.

Ahí está Federico: sentémonos al pie
de su herida, debajo del chorro asesinado,
que quiero contener como si fuera mío,
y salta, y (grita) [no se calla] entre las fuentes.

Siempre fuimos nosotros sembradores de sangre.
Por eso nos sentimos semejantes al trigo.
No reposamos nunca, [y eso es lo que hace](como el) sol,
y la familia del enamorado.

Siendo de esa familia, somo las sal del aire.
Tan sensibles al clima como la misma sal,
una racha de otoño nos deja moribundos
sobre la huella de los sepultados.

Eso sí: somos algo. Nuestros cinco sentidos
en todo arraigan, piden posesión y locura.
Agredimos al tiempo con la feliz cigarra,
con el terrestre sueño que alentamos.

Hablemos, Federico, Vicente, Pablo, Antonio,
Luis, Juan Ramón, Emilio, Manolo, Rafael,
Arturo, Pedro, Juan, Antonio, León Felipe.
Hablemos (del)[sobre el] vino y la cosecha.

Si queréis, nadaremos antes en esa alberca,
en ese mar que anhela (transparencias de ) ... ... [transparentar] los cuerpos.
Veré si hablamos luego con la verdad del agua,
que aclara el labio de los que han mentido.


dissabte, 23 de gener del 2010

Performance con Miguel Hernández(1)



Sras i Sres. esta noche podría decirles con Miguel Hernández :

“Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío :
claridad absoluta, transparencia redonda,
.........

No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.”

pero prefiero decirles "El Diálogo entre Pedro y Ana" que comienza :

Pedro : Yo, cuando quiero, no quiero
más que una cosa, y eterna.

Y preguntarme con

Ana : ¿Entonces porqué te vas?

Y responderme con

Pedro : Porque te quiero sin tregua.
Porque mi querer no acaba
en ti, mujer : que en ti empieza.
Yo te quiero hasta tus hijos
y hasta los hijos que tengan.
Yo no te quiero a ti sola :
te quiero en tu descendencia.
Porque te quiero me voy
camino de la pelea,
para que los hijos tuyos
y los hijos de las hembras
de tus hijos, reconozcan
una vida menos vieja,
menos injusta, más pura
que ésta que, como herencia
maldecida, han recibido
nuestras manos jornaleras.
¡Eh jornaleros del alba,
salid de vuestras viviendas,
salid de vuestros arados
y de vuestras barbecheras!
Venid conmigo a luchar
por los hijos que ahora empiezan
a moverse y a cavar
en las entrañas maternas.”

Del diálogo de Pedro y Ana.

divendres, 11 de desembre del 2009

El Público de F.García Lorca(1)

Presentación.
Sras y Sres, esta noche les presento una obra difícil. Difícil porque no es lógica ni racional, como la mayor parte de la obra de Federico García Lorca en América. Y porque nos habla del amor desde el punto de vista homosexual. Con un matiz que nos da a entender que el verdadero amor, no es el que surge de la oposición entre masculino y femenino, sino el que nace de la femeneidad. Femeneidad que se mide por la distancia a la presión que «masculino» y «femenino» ejercen sobre nuestras mentes y nuestros corazones.
Vdes. mismos. Aquí no estamos en el teatro, pueden preguntar, interrumpir,reir o llorar a sus anchas. A partir de ahora lo que pase aquí será especialmente cosa de Vdes :
"El Público".



El Público de F. García Lorca.
Cuadro Tercero (fragmento)

Luchan. El Hombre 2.° empuja al Hombre 3.° y desaparecen por el lado opuesto. El muro se abre y aparece el sepulcro de Julieta en Verona. Decoración realista. Rosales y yedras. Luna. Julieta está tendida en el sepulcro. Viste un traje blanco de ópera. Lleva al aire sus dos senos de celuloide rosado.)
JULIETA. (Saltando del sepulcro.) Por favor. No he tropezado con una amiga en todo el tiempo, a pesar de haber cruzado más de tres mil arcos vacíos. Un poco de ayuda, por favor. Un poco de ayuda y un mar de sueño. (Canta.)

Un mar de sueño.
Un mar de tierra blanca
y [los] arcos vacíos por el cielo.
Mi cola por las naves, por las algas.
Mi cola por el tiempo.
[Un] mar de tiempo.
Playa de [los] gusanos leñadores
[y] delfín de cristal por los cerezos.
¡Oh puro amianto de final! ¡Oh ruina!
¡Oh soledad sin arco! ¡Mar de sueño!
(Un tumulto de espadas y voces surge al fondo de la escena.)
JULIETA. Cada vez más gente. Acabarán por invadir mi sepulcro y ocupar mi propia cama. [A mí no me importan] (Qué me importan a mí) las discusiones sobre el amor (i) [ni] el teatro. Yo lo (único) que quiero es amar.
CABALLO BLANCO I.° (Apareciendo. Trae una espada en la mano.) ¡Amar!
JULIETA. Sí. Con amor que dura sólo un momento.
CABALLO BLANCO I.° Te he esperado en el jardín.
JULIETA. (Querrás decir) [Dirás] en el sepulcro.
CABALLO BLANCO I.° Sigues tan loca como siempre. Julieta, ¿cuándo podrás darte cuenta de la perfección de un día? (De) un día con mañana y con tarde.
JULIETA. Y [con] noche.
CABALLO BLANCO I.° La noche no es el día. Y en un día lograrás quitarte la angustia y ahuyentar las impasibles paredes de mármol.
JULIETA. ¿Cómo?
CABALLO BLANCO I.° Monta en mi grupa.
JULIETA. ¿Para qué?
CABALLO BLANCO I.° (Acercándose.) Para llevarte.
JULIETA. ¿Dónde?
CABALLO BLANCO I.° A lo oscuro. En lo oscuro hay ramas suaves. [El cementerio de las alas tiene mil superficies de espesor.]
JULIETA. (Temblando.) ¿Y qué me darás allí?
CABALLO BLANCO I.° Te daré lo más callado de lo oscuro.
JULIETA. ¿El día?
CABALLO BLANCO I.° El musgo sin luz. El tacto que devora pequeños mundos con las yemas de los dedos.
JULIETA. ¿Eras tú el que ibas a enseñarme la perfección de un día?
CABALLO BLANCO I.° Para [pasarte] (pasearte por) [a] la noche.
JULIETA. (Furiosa.) ¿Y qué tengo yo, caballo idiota, que ver con la noche? ¿Qué tengo yo que aprender de sus estrellas o de sus borrachos? Será preciso que use veneno de rata para librarme de gente molesta. Pero yo no quiero matar a las ratas. Ellas traen para mí pequeños pianos y escobillas de laca.
CABALLO BLANCO I.° Julieta, la noche no es [un] (el)momento, pero un momento puede [durar] ser toda la noche.
JULIETA. (Llorando.) Basta. No quiero oírte más. ¿Para qué quieres llevarme? Es el engaño la palabra del amor, el espejo roto, el [paso] (la huella) en el agua. Después me [dejarías](dejarás) en el sepulcro otra vez, como todos hacen tratando de convencer a los que (nos) escuchan de que el verdadero amor es imposible. [Ya] estoy cansada. [Y] me levanto a pedir auxilio para arrojar de mi sepulcro a los que teorizan sobre mi corazón y a los que me abren la boca con pequeñas pinzas de mármol.
CABALLO BLANCO I.° El día es un fantasma que se sienta.
JULIETA. Pero yo he conocido (a muchas) mujeres (asesinadas)[muertas] por el sol.
CABALLO BLANCO I.° Comprende bien: un solo día para amar todas las noches.
JULIETA. ¡Lo de todos! ¡Lo de todos! Lo de los hombres, lo de los árboles, lo de los caballos. Todo lo que quieres enseñarme lo conozco perfectamente. La luna empuja de modo suave las casas deshabitadas, provoca la caída de las columnas y ofrece a los gusanos diminutas antorchas para entrar en el interior de las cerezas. La luna lleva a las alcobas las caretas de la meningitis, llena de agua fría los vientres de las embarazadas, y apenas me descuido arroja puñados de hierba sobre mis hombros. No me mires, caballo, con ese deseo que tan bien conozco. Cuando era muy pequeña, yo veía en Verona a las hermosas vacas pacer en los prados. Luego(en la escuela) las [veía](ví) pintadas en mis libros, (finalmente las recuerdo cuando paso delante de las carnicerías) [pero las recordaba siempre al pasar por las carnicerías.]

CABALLO BLANCO I.° Amor que sólo dura un momento.
JULIETA. Sí, un minuto; y Julieta, viva, alegrísima, libre del punzante enjambre de lupas. Julieta en el comienzo, Julieta a la orilla de la ciudad.

dijous, 3 de desembre del 2009

Coral de Primavera, d'En Vicent Andrés Estrellés



I
La Pimavera té molta literatura
i és un tema asequible a totes les butxaques.
La primavera puja per les parets depressa.
La Primavera torna més esveltes les dones.
La Primavera deixa els arbres plens de fulles.
Hi ha carrers on arriba una llesca de sol.
Hi ha malalts que s'alegren darrere dels cristalls.
No hi ha ric que comprenga per què es queixen els pobres.

Els ocells creuen l'aire. Els poetes fan versos.
Els amants, en els marges, cullen flors anònimes,
i en l'amor de l'abarç els cruixen les costelles.
Prospera una enyorança de vagues illes tendres,
de pecats adorables imperpetrables ja.
Des dels terrats es veu com avança la mar.
Es troba un vers d'Horaci que rima amb l'instant.
I hi ha dones que plantxen amb la finestra oberta.
Van revivint indústries aborígens, ingènues:
bunyols, l'aigua-civâ, campanetes de fang.
Cantem la Primavera agafant-nos pels muscles.
Formem un rotgle càndid cantan la Primavera.
La Primavera corre amostrant-nos les cuixes.
La Primavera toc a totes les anelles.
Toca tres i repic i se'n fuig i se'n riu.
La Primavera puja per totes les escales,
puja pels tubs de l'aigua, rebenta les bombetes.
La Primavera, plena de traques i fum.
La Primavera, plena de banderes i dècimes.
La Primavera plena de noms en les parets.
Cantem la Primavera o ens matem entre tots.

II
Sent el desig, oh Muses, el desig invencible
de cantar els vostres cossos i cantar el vostre ofici.
Us veig com una albreda. M'agrada imaginar-vos
altes com una albreda amb una brisa amable.
Oh Muses, dolces Muses, relativament castes!
D'alguna de vosaltres jo recorde el taló,
el taló blanc i breu en el joc de la dansa.
D'alguna de vosaltres jo recorde els cabells,
els cabells en la brisa, els cabells plens de sol.
D'alguna de vosaltres jo recorde les cuixes,
une cuixes llarguíssimes, totes plenes de lluna.
D'alguna de vosaltres no m'oblide dels pits,
l'alegria dels pits un jorn mentre corrieu.
D'alguna de vosaltres jo recorde els pecats,
els pecats perpetrats de manera innocent.
N'oblide ninguna de les práctiques amables.
Sóc un home agraït per damunt de tota cosa.
Vull que reste ben clar el meu agraiment.
M'haveu fet molt de bé i no sé com pagar-vos.
Veig com navega el cel creuant la Primavera.
En algun lloc hi ha blats bel·ligerants i tendres.
He patit, he esperat, he tornat a patir...
He fet versos, després he deixat de fer versos.
En tot moment sabia que estáveu prop de mí.
Em bastava mirar la blancor del llençol.
Em bastava mirar una pedra de via.
Estàveu en silenci com l'aigua en el pitxer,
o com el julivert en el got de la cuina,
o les inicials en el drap conjugal.
Han passat moltes coses. Recorde poesies
i recorde angoixoses cartes depetició.
Recorde l'ascensor que puja funeral
en la nit d'una casa amb una llum groguenca
i recorde les cames lleugeres de la xica
que baixava corrents per trobar-se amb el nuvi.
Us veig com una albreda, altes com una albreda,
sempre esveltes i tendres, sempre a punt per la dansa.

III
Un so voldria jo, una música amable,
una armonia antiga, un paisatge inocent,
un motiu de frenétiques esperances encara,
un arbre ple de vents, el riu nobles dels salms...
No puc escriure, oh Muses, en llatí,
Veig l'àmfora d'Horaci recostada en una pedra,
Veig els xiprers, el desdeny de Virgili,
M'agradaria viure en el poble, voldria
no baixar cada dia a la ciutat, com ara;
treballar en el poble, estar sempre en el poble;
per le nits, certes nits, al cine, al café,
jugar al dominò, sentir una conca
encesa entre les cames; escoltar
emisores estrangeres, oir un discret tocadiscs,
escriure en el programa anual de les festes,
mirar com passa el tren, la tristor de les nits.
Oh Muses perdoneu-me tots els meus excesos,
En el fons, jo no sóc, com se sol dir, ningú,
De vegades només un poc indecent,
i parle, com se sol dir de vegades,pels colzes.
Però no sóc ningú; vosaltres ho sabeu.
Jo no sé conversar; estic sol; sempre calle,
intente conversar i aleshores... això
sóc indecent, és clar, i arribe fins l'excès.
Hala canteu, jugeu, danseu les vostres danses.
Jo em recolze un poquet i contemple el paisatge.

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