dimecres, 27 de gener del 2010

Performance con Miguel Hernández(2)



Llamo a los poetas de Miguel Hernández.

(Adaptació per la performance de Xisco Bernal : entre parèntesi figura el que jo he afegit; entre corxetes el que he llevat del texte original).En negreta el texte que declame.


(Sras y Sres, esta noche más que nunca compañeros y compañeras, porque)

Entre todos vosotros, con Vicente Aleixandre
y con Pablo Neruda tomo silla en la tierra:
tal vez porque he sentido (un)[su] corazón cercano
cerca de mí, casi rozando el mío.

Con (vosotros me siento)[ellos me he sentido] más arraigado y hondo,
y además menos solo. Ya vosotros sabéis
los solo que yo voy, [por qué voy yo tan solo.
Andando voy, tan solos yo y mi sombra].

Alberti, Altolaguirre, Cernuda, Prados, Garfias,
Machado, Juan Ramón, León Felipe, Aparicio,
(Alfredo Aparicio, del que Hemingway dijo :”O es un genio o el mayor imbécil del siglo”, sólo escribió un poema en su vida de pocas líneas :

En Don Benito
hay dos rotondas,
una circular y otra redonda.

En don Benito
hay un bar de carretera
allí bebe una mujer
que la muerte espera.


y por supuesto, nada editado. Iba por las mesas de los grandes con un papel arrugado en el que anotaba y rectificaba su poema. Dicen que nunca se sentaba. Miguel lo coloca entre los grandes.)
Aparicio,
Oliver, Plaja, hablemos de aquello que deseamos [a .. ... que aspiramos]:
por lo que enloquecemos lentamente.
Hablemos del trabajo, del amor sobre todo,
donde la telaraña y el alacrán nos habitan.

Hoy quiero abandonarme tratando con vosotros
de la buena semilla de la tierra.
Dejemos el museo, la biblioteca, el aula
sin emoción, sin tierra, glacial, para otro tiempo.
[Yo sé que] en esos sitios (tiritaran)[tiritará] mañana
(nuestros corazones helados)[mi corazón helado] (entre los) [en varios] tomos.

Quitémonos el pavo real y suficiente,
la palabra con toga, la pantera de acechos.
Vamos a hablar del día, de la emoción del día.
Abandonemos la solemnidad.

Así: sin esa barba postiza, ni esa cita
que la insolencia pone bajo nuestra nariz,
hablaremos unidos, comprendidos, sentados,
de las cosas del mundo frente al hombre.

Así descenderemos de nuestro pedestal,
de nuestra pobre estatua. Y a cantar entraremos
a una bodega, a un pecho, o al fondo de la tierra,
sin el brillo del lente polvoriento.

Ahí está Federico: sentémonos al pie
de su herida, debajo del chorro asesinado,
que quiero contener como si fuera mío,
y salta, y (grita) [no se calla] entre las fuentes.

Siempre fuimos nosotros sembradores de sangre.
Por eso nos sentimos semejantes al trigo.
No reposamos nunca, [y eso es lo que hace](como el) sol,
y la familia del enamorado.

Siendo de esa familia, somo las sal del aire.
Tan sensibles al clima como la misma sal,
una racha de otoño nos deja moribundos
sobre la huella de los sepultados.

Eso sí: somos algo. Nuestros cinco sentidos
en todo arraigan, piden posesión y locura.
Agredimos al tiempo con la feliz cigarra,
con el terrestre sueño que alentamos.

Hablemos, Federico, Vicente, Pablo, Antonio,
Luis, Juan Ramón, Emilio, Manolo, Rafael,
Arturo, Pedro, Juan, Antonio, León Felipe.
Hablemos (del)[sobre el] vino y la cosecha.

Si queréis, nadaremos antes en esa alberca,
en ese mar que anhela (transparencias de ) ... ... [transparentar] los cuerpos.
Veré si hablamos luego con la verdad del agua,
que aclara el labio de los que han mentido.


dissabte, 23 de gener del 2010

Performance con Miguel Hernández(1)



Sras i Sres. esta noche podría decirles con Miguel Hernández :

“Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío :
claridad absoluta, transparencia redonda,
.........

No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.”

pero prefiero decirles "El Diálogo entre Pedro y Ana" que comienza :

Pedro : Yo, cuando quiero, no quiero
más que una cosa, y eterna.

Y preguntarme con

Ana : ¿Entonces porqué te vas?

Y responderme con

Pedro : Porque te quiero sin tregua.
Porque mi querer no acaba
en ti, mujer : que en ti empieza.
Yo te quiero hasta tus hijos
y hasta los hijos que tengan.
Yo no te quiero a ti sola :
te quiero en tu descendencia.
Porque te quiero me voy
camino de la pelea,
para que los hijos tuyos
y los hijos de las hembras
de tus hijos, reconozcan
una vida menos vieja,
menos injusta, más pura
que ésta que, como herencia
maldecida, han recibido
nuestras manos jornaleras.
¡Eh jornaleros del alba,
salid de vuestras viviendas,
salid de vuestros arados
y de vuestras barbecheras!
Venid conmigo a luchar
por los hijos que ahora empiezan
a moverse y a cavar
en las entrañas maternas.”

Del diálogo de Pedro y Ana.